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“Las Chicas del Cable” hoy estarían en la nube

Enreach 29/06/2017
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Los guionistas de Netflix han echado la vista atrás para contarnos cuál era el papel de la mujer a finales de los años 20 en nuestro país. Y lo ha hecho a través de uno de los pocos oficios a los que podían optar la mujeres en aquella época y gracias al que empezaron a acceder al mercado laboral: el de las telefonistas.

Las vidas de Alba, Ángeles, Carlota y Marga se cruzan el día en que empiezan a trabajar para la empresa de telecomunicaciones más importante de Madrid, situada en el Edificio Telefónica de la Gran Vía madrileña y, desde entonces, no volverán a ser las mismas.

En un Madrid cambiante, en el que las mujeres empezaban a luchar por su libertad y sus derechos, aunque fuera desde la clandestinidad, Las Chicas del Cable muestra precisamente esta realidad. El esfuerzo de las protagonistas por dar un giro a sus vidas, demostrar su fortaleza y su valía, y la capacidad de avanzar por sí mismas (sin depender de un marido posesivo o de un padre rico y controlador) se pone de manifiesto desde el inicio de la serie.

La comunicación telefónica, fundamental para las personas y las empresas

Nos hemos de remontar mucho tiempo atrás para ubicar el origen de la telefonía. Fue a finales del siglo XIX cuando se inventó el primer dispositivo telefónico. Desde entonces, la comunicación a través del teléfono ha formado parte del día a día de las personas y las empresas, convirtiéndose en algo esencial para ellas.

La comunicación telefónica ha permitido mantener el contacto y transmitir mensajes independientemente de la distancia y del lugar. Sin duda, uno de los grandes momentos en “Las Chicas del Cable” en este sentido es el establecimiento de la primera llamada intercontinental entre España y Estados Unidos. Todo un hito en el año 1928, convertido en un hecho cotidiano poco más de un siglo después.

El papel clave de las telefonistas

A finales de los años 20, acceder al empleo de telefonista no era fácil. Además de cumplir con los requisitos para presentarse a las oposiciones, entre los que se encontraban estar soltera, tener entre 18 y 27 años, no utilizar gafas o ser capaz de separar los brazos 1,55 metros, las mujeres debían realizar un examen de mecanografía y una prueba con los auriculares.

Para los abonados eran meras empleadas sin nombre que atendían las llamadas identificándose con su número de operadora. Sin embargo, eran la pieza clave en las empresas de telefonía. Organizadas en tres turnos de trabajo (mañana, tarde y noche), las telefonistas eran las encargadas de hacer funcionar el engranaje de las centralitas telefónicas manuales, facilitando la comunicación entre personas y empresas. Desde llamadas para alertar de un incendio hasta llamadas institucionales claves para la política internacional de un país. Todo pasaba por las manos de las telefonistas.

Cómo ha evolucionado la telefonía en el siglo XX

En las centralitas manuales la distribución de llamadas se hacía con operadoras que se encargaban de la conexión de las clavijas en la red en las tomas correspondientes. Así, la persona que efectuaba la llamada telefónica, contactaba primero con la operadora, quien se encargaba de conectar la clavija a la toma que correspondiera de la persona destinataria de la llamada.

No obstante, este método de comunicación resultó inviable cuando el número de abonados a las compañías telefónicas empezó a crecer. Después de más de 100 años de existencia, las ‘telefonistas’ corrían el riesgo de desaparecer para ser sustituidas por centralitas automáticas.

Pero el crecimiento del número de abonados no era el único motivo por el cual las empresas de telefonía querían dar el salto a las centralitas automáticas. Los intereses empresariales jugaron también un papel destacado. Las comunicaciones tenían que ser más rápidas y permitir ahorrar costes. Además, existía el valor añadido de cuál iba a ser la primera compañía telefónica en crear e implantar una centralita que pudiera revolucionar el sector de las telecomunicaciones.

El siglo XXI: la virtualización de las comunicaciones

En poco más de un siglo, las centralitas telefónicas han evolucionado de forma imparable y hoy continúan siendo un elemento imprescindible en la red de telecomunicaciones, sobre todo en el ámbito empresarial. Las empresas y organizaciones necesitan comunicarse con sus clientes de forma rápida, flexible, económica, sencilla y 24/7. Y todo ello es posible gracias a la tecnología cloud (algo que en 1928 ni tan siquiera hubieran podido imaginar), que multiplica las posibilidades de comunicación y productividad de las empresas.

“Las Chicas del Cable” se han convertido en la actualidad en un completo sistema de telefonía corporativa orientado a favorecer la competitividad de las organizaciones a través de la mejor tecnología de voz. Al descolgar la llamada, el interlocutor ya no escucha el número de identificación de la operadora, sino un mensaje grabado que le orienta y le guía hasta el departamento o la persona con quien quiere hablar.

Quizás de aquí a 20 años no recordemos el oficio de las telefonistas, quizás no recordemos las centralitas virtuales tal y como son ahora. Las empresas seguirán invirtiendo en I+D para mejorar sus procesos de comunicación y ofrecer así servicios que cubran las necesidades de sus clientes. Tal vez dispositivos surgidos de la inteligencia artificial o la realidad virtual se conviertan en las próximas centralitas virtuales.

Lo que sí sabemos es que hoy en día las protagonistas de “Las Chicas del Cable”, Alba, Ángeles, Carlota y Marga, serían recepcionistas virtuales y estarían en la nube.

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